Las mujeres campesinas, indígenas y negras organizadas en la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo – CLOC/LVC, llamamos a todas las mujeres y hombres a la movilización, acción y lucha en este 08 de marzo de 2018, momento que viene a fortalecer la lucha feminista con nuestras formas de resistencia, denuncia y enfrentamiento al capital y al patriarcado, a lo largo de la historia de nuestro continente y donde las mujeres del campo seguimos presentes para fortalecer la lucha de clase, que nos permitan cambiar las desigualdades en el mundo.
América Latina vive hoy la arremetida de la derecha en sus diferentes expresiones con los gobiernos que representan los intereses de la clase dominante en cada uno de nuestros países, las cuales son subordinadas y alineadas a las políticas neoliberales impuestas por el imperialismo estadounidense; los espacios conquistado por los pueblos de nuestra América con rebeldía y lucha de las organizaciones populares, con intensa participación y protagonismo de las mujeres, ahora son amenazadas y destrozadas por nuevas formas de Golpes suaves. Las mujeres campesinas nos alzamos en defensa de la democracia real y representativa con participación popular y en contra de los golpes jurídicos parlamentarios y mediáticos.
Alzamos nuestras banderas en defensa de la tierra, el agua, de los territorios, de las semillas y de los bienes naturales, denunciando a las transnacionales del agro-hidro-mineras que usurpan, envenenan nuestras tierras, matan nuestros ríos, nuestras semillas criollas, destrozando toda la vida por donde pasan. Hacemos un llamado especial a la defensa del agua, bien natural imprescindible para la vida de los seres humanos, para la producción de alimentos y para la vida del planeta. Agua que, en los últimos años, viene poniéndose en el centro de los conflictos con los pueblos indígenas, campesinos, afro descendientes y pescadores por la apropiación por parte de las empresas multinacionales que pretenden privatizar y cercar nuestros ríos, lagos y nacientes, empresas que asesinan a las luchadoras y defensoras del derecho de los pueblos al agua, como es el caso de la lideresa hondureña Berta Cáceres. Así, nosotras mujeres del campo decimos no a la Privatización del agua, el agua es un derecho humano.
El avance del Neoliberalismo en el continente trae en sus entrañas el conservadurismo y el Patriarcado, que aumentan la opresión, explotación y discriminación hacia las mujeres, intensificando la trata de personas, así como la migración hacia otros países para trabajos forzosos, precarios y vulnerables a las violaciones sexuales y todas formas de violencia. Hay un aumento a la violencia física, doméstica, abusos sexuales practicado contra las mujeres del campo y la ciudad. Por eso las campesinas y campesinos reafirmamos nuestro compromiso permanente con la Campaña de Basta de Violencia contra las mujeres y nos comprometemos en enfrentar en el cotidiano esta violencia que aún persiste en las comunidades, en las organizaciones y en el campo. Denunciamos la violencia que sufrimos las mujeres en los conflictos sociales en el campo por la tierra, en las guerras, por la militarización de nuestros territorios, por la minería y por el agro negocio que viola y niega el derecho de las mujeres a vivir en el campo y de organizarse y luchar por este derecho.
Llamamos a las mujeres del campo a mostrar la importancia del trabajo de las mujeres campesinas, indígenas, pescadoras para la garantía de la Soberanía Alimentaria, la promoción de la agroecología, la preservación de las semillas y la biodiversidad y el significado de este trabajo para la vida en los territorios, la economía local y del país, no podemos permitir que nos pongan en programas focales asistenciales de atención a la pobreza y a la victimización de las mujeres del campo.
Somos mujeres campesinas, indígenas, y afro descendientes que hemos construido caminos de esperanza y de liberación para las mujeres, luchando por el reconocimiento de nuestro trabajo en el campo, fundamental para la sobrevivencia de la humanidad, derechos a preservar y ser reconocidos nuestros modos de vida, nuestros saberes, derecho a vivir en el campo, en nuestras tierras y territorio, derecho a vivir sin violencia, derechos a construir Soberanía alimentaria y nuestro feminismo campesino y popular.
Por eso, afirmamos y defendemos los derechos que hemos conquistado y alcanzado con nuestra lucha y abogamos por el reconocimiento y garantía de los derechos que forjamos en la resistencia y prácticas cotidianas social e históricamente.
Contra el Neoliberalismo y el Patriarcado
Mujeres campesinas se alzan en la lucha!!
Sin feminismo no hay socialismo!!