Una delegación de mujeres del movimiento Vía Campesina Brasil ha visitado la Dirección de Diversidad y Cooperación, explicando la situación que presenta el contexto brasileño actual, así como compartiendo la evolución y los resultados de los proyectos financiados por la Diputación Foral de Bizkaia a Bizilur – Asociación para la Cooperación y el Desarrollo de los Pueblos. La Vía Campesina tiene presencia a nivel internacional y defiende el trabajo del campesinado y la soberanía alimentaria y desde su VII Conferencia Internacional, celebrada en Derio en 2017, se dio fuerza al proceso del feminismo campesino y popular. Ana Isabel Ramalho Santana y Denilva Pinto De Araujo Dos Santos son representantes del Movimiento de Pequeños/as Agricultores/as de Brasil -MPA-, y Elisiane de Fátima Jahn es parte del Movimiento de Mujeres Campesinas -MMC-.
La Diputación apoya el trabajo del MMC desde hace años y más recientemente a través del proyecto “Semillas de Resistencia: Feminismo Campesino y Popular en la construcción de la soberanía alimentaria en Brasil.” Desde MMC, Elisiane comparte la preocupación del modelo agroexportador que prima en el país y las prácticas de deforestación; su avance sobre la Amazonia impacta en las comunidades de forma directa. A su vez, en 2016 se disuelve el Ministerio de Desarrollo Agrario, asunto que es incorporado al Ministerio de Agricultura, Ganadería y Abastecimiento. Este ministerio, entre otras funciones, es responsable de gestionar e impulsar políticas relacionadas con la actividad agroexportadora. La contradicción de intereses ha supuesto la reducción de los esfuerzos y recursos públicos destinados al cuidado de la agricultura campesina popular y familiar. Ante este escenario y como realidad, Elisiane indica que, a pesar del protagonismo de Brasil en la exportación de alimentos, el país está lejos de acabar con la inseguridad alimentaria en su territorio que se da sobre todo en mujeres. Frente a ello, preocupa la reducción del gasto en la compra pública de alimentos.
Bizilur y la Diputación Foral de Bizkaia trabajan también desde hace más de una década con MPA, y más concretamente desde 2020 a través del proyecto “Resistencias feministas: campesinas brasileñas implementa un plan estratégico de acción para la organización, formación, producción y lucha por sus derechos.” Desde este proyecto, se trabaja a través del alimento hacia la autonomía y el fortalecimiento femenino. Entre los resultados y potencialidades divisadas hasta el momento, Ana Isabel Ramalho y Denilva Pinto comparten haber identificado una mayor autonomía de las mujeres, la participación de los jóvenes en el trabajo del feminismo campesino y popular, el avance en las alianzas entre trabajadores urbanos y rurales y la mayor visibilidad de la participación de las mujeres en el proceso productivo agroecológico en sus diferentes niveles. Del mismo modo, ha aumentado la participación de mujeres en espacios públicos y políticos y en la construcción y toma de decisiones de la organización y se ha tratado la diversidad sexual, que hasta entonces era muchas veces invisibilizada. Finalmente, también nos enseñan diversos materiales que han sido elaborados para apoyar la formación de feminismo campesino y popular, incluyendo la elaboración de videos cortos que permiten incluir la participación de la población analfabeta de las comunidades.
En el recorrido del proyecto, cabe destacar la importante participación en estrategias de solidaridad durante la pandemia y algunos de los aprendizajes surgidos a raíz de este periodo. Así, Denilva comparte con la Dirección que pudieron identificar como el acceso online permitía una mayor participación de las mujeres y otros colectivos minoritarios en diversos espacios.
En este contexto y mirando a retos futuros, el Movimiento de Mujeres Campesinas y el Movimiento de Pequeños/as Agricultores/as de Brasil buscan seguir trabajando en la capacitación y el fortalecimiento de las mujeres y en la visibilidad de su trabajo en la construcción de la soberanía alimentaria. MPA enfocará sus esfuerzos también a proponer alternativas al abastecimiento popular basadas en circuitos cortos que permitan avanzar hacia la transición agroecológica. A su vez, seguirán impulsando la formación, la incidencia y las alianzas de campo-ciudad, así como el trabajo en diversidad sexual.